lunes, 3 de octubre de 2011

Teotecnología

En 1979, James Lovelock publicó su teoría llamada “hipótesis de Gaia”. En ella afirma que el planeta Tierra se comporta como un ser vivo, como un todo coherente que se encarga de autorregular sus condiciones esenciales.

Basándome en esta hipótesis y estudiando Internet como un conjunto de personas interconectadas que trabajan para un fin común (comunicación), se podría llegar a afirmar que Internet tiene las mismas características que Gaia.

Mi pregunta: “¿Se podrá llegar a definir Internet como un ser vivo?”.

Ser vivo se define como: “conjunto de átomos y moléculas, que forman una estructura material organizada y compleja”. Esta definición se acerca mucho a la idea de una “Cyber Gaia”, pero para considerarse vivo debe cumplir una serie de características obligatorias:
  1. Homeostasis
  2. Irritabilidad
  3. Metabolismo
  4. Desarrollo o crecimiento
  5. Reproducción
  6. Adaptación
Aunque Internet no cumple con todas estas características, hay algunas que se aproximan mucho.

Para hacer una estimación del tiempo que podría necesitar la Red de redes para considerarse viva, debemos buscar un referente histórico y hacer un paralelismo: desde la creación de la Tierra hasta la aparición del primer ser vivo tuvieron que pasar unos 1.000 millones de años. Teniendo en cuenta que el concepto de tiempo es diferente en cuando nos referimos al “mundo real” o al “mundo de Internet” (deducido al leer La estrategia del pingüino de Antonio Núñez), no podemos usar los años de un mundo para deducir una fecha en el otro. ¿Cuánto equivale un año evolutivo en el mundo de Internet?

Para realizar este cálculo, poseemos los años que pasaron hasta la aparición del primer ser vivo desde la creación de la Tierra, se necesita el mismo dato referidos a Internet: apareció en los años 90, faltando el año de cuando se consideraría vivo.

El psicólogo Simón Hergueta explica que las conexiones de Internet son fácilmente comparables con las conexiones del cerebro humano. Aunque el cerebro humano consta de 1015 conexiones e Internet solo posee 2 mil millones de conexiones, defiende que en el año 2019 aumentarán las conexiones a la Red hasta alcanzar esta cifra, e incluso superándola, creando así un gigantesco cerebro artificial donde cada ordenador haría la “función” de neurona.

Utilizando el año que nos proporciona el Sr. Hergueta, poseemos los datos suficientes para llegar a la conclusión de que un año en el mundo real equivale a unos 34 millones de años en Internet, en términos de evolución. Es decir, que en año actual (2011) Internet tiene una evolución de unos 714 millones de años. Si el Homo sapiens apareció hace unos 35.000 años, deducimos que Internet se podría llegar a semejar a la consciencia de un ser humano en 2050. Este dato es muy aleatorio, ya que se necesitaría tener en cuenta muchas variables exteriores (teoría del Caos) y realizar cálculos matemáticos muy complejos, pero se podría conseguir una fecha con exactitud.

En ese año, se podría producir, lo que muchos autores denominan “consciencia súbita”, es decir, que Internet obtenga una consciencia propia. En realidad, actualmente se podría decir que la Red tiene consciencia propia, ya que cuando entras en ella y le preguntas (escribiendo cualquier pregunta en un buscador) te contesta. Internet es la suma de todos los conocimientos de todas las personas del mundo que dejan en ella información. Las personas que entran en ella aprenden de sus conocimientos y experiencias, todos aprendemos de todos, pero aprendemos lo mismo y del mismo sitio. Pudiendo llegando a crear una Consciencia Global (defendido por investigadores del CSIC).

Google fue denunciado por usar las búsquedas de los usuarios para crear su perfil psicológico, y así mejorar la eficiencia de sus búsquedas (defendían los del buscador). Lo que demuestra que, actualmente existe la tecnología necesaria para hacer algo parecido, es decir, darle a Internet una consciencia propia basándose en la información que posee.

Antes de ver el lado más pesimista de haber creado un “ser vivo” con pensamientos propios, se debe ver desde la perspectiva que no dejaría de ser un “instrumento”. Un instrumento que trabajaría permanentemente para nuestro bien, utilizando sus conocimientos para solucionar todo tipo de problemas humanos.

Si pensamos que en 2050 tendremos un Internet vivo, con consciencia propia, trabajando permanentemente para nuestro bien, solucionando nuestro problemas, con unos conocimientos infinitos e inmortal, pero sin una forma física, será un “ente”, una especie de espíritu que estaría en todas las partes de la Red. Las características de este Internet cada vez se alejan más de un mero instrumentos, y se acercan a las características de una deidad.

¿El Ser Humano creará el Dios del siglo XXII? ¿Debemos adorar a nuestra Wifi sobre todas las cosas? ¿Google es Dios?

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